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sábado, 10 de junio de 2017

REPARACIÓN HISTÓRICA. Hoy salen del olvido Rosa Cortés, María de Malla, Josefa Gorreta y Lucía Navarro

Aunque con la llegada a la Casa de Misericordia de Zaragoza de más de seis centenares de mujeres procedentes de Málaga, se aumentó la guardia con un cabo y otros veinte soldados, las ansias por recobrar la libertad perdida nunca se diluyeron, siendo la noche del 18 al 19 de enero de 1753 una buena demostración de su persistencia, pues durante el trascurso de ésta, 52 de las gitanas aprovecharon la escasa altura de su habitación respecto al exterior, y abrieron un boquete en la pared para huir hacia el Campo del Sepulcro sin que los centinelas se apercibieran de ello. Solo dos meses después,el 29 de marzo,  el Chantre halló el inicio de una nueva abertura. Trasladadas todas las gitanas a otra habitación hasta tanto se reparaba el boquete, se procedió a averiguar la autoría de esta nueva intentona. Señaladas como sospechosas Rosa Cortés, María de Malla, Josefa Gorreta y Lucía Navarro, se las encerró en el calabozo y se procedió a tomar las declaraciones a las demás gitanas. Y aunque Rosa afirmó estar las cuatro “mancomunadas para irse y escaparse de la casa ocultamente, sin dar cuenta a las demás gitanas de dicha cuadra”, Rosa fue hallada finalmente única responsable  “sin más ayuda que la de sus manos y la de dos pequeños clavos”, y que según su confesión, "para hacerlo (el agujero) con más facilidad y brevedad, echaba agua en la pared, que es de tapia, y con esto se ablandaba la tierra ella y pudo hacer más prontamente dichos agujero y quebranto".
Mujer presa. Aguafuerte de Francisco de Goya

El grado de complicidad mostrado por estas mujeres puede explicarse a que todas ellas eran originarias de la provincia de Almería. Rosa, de 27 años, lo era de Vélez Rubio y se hallaba casada con Ginés Fernández, Lucía Navarro, de 40 años, era natural de Bacares y viuda de Antonio de Malla, ejercía de celadora en la Casa de Misericordia por habérsela considerado de confianza; María de Malla, hija de la anterior, era natural de Bacares, contaba 23 años y era soltera; y, finalmente, Josefa Gorreta, alias "La Colorada", era natural de Tíjola y tenía 24 años. Como Lucía, ejercía también de celadora.
No sabemos de la suerte final que tuvieron Rosa, María y Josefa; sí, que Lucía fue puesta en libertad el 9 de agosto de 1759, siendo recogida en Zaragoza por Antonio Gorreta para llevarla a Bacares.

NOTA: Estas cuatro mujeres fueron víctimas de la redada que se produjo a partir del 27 de agosto de 1749, dentro del contexto de la Gran Redada diseñada por Ensenada bajo los auspicios del Consejo de Castilla. Tras un corto tiempo en la alcazaba de Almería, pasaron a la Alhambra de Granada, y de allí a Málaga, de donde salieron por mar hacia Tortosa, y de allí a Zaragoza, en cuya Casa de Misericordia "Nuestra Señora de Gracia" quedaron recluidas.
PARA MAYOR INFORMACIÓN: MARTÍNEZ MARTÍNEZ, Manuel, Los gitanos y las gitanas de España a mediados del siglo XVIII. El fracaso de un proyecto de “extermino” (1748-1765), Almería, 2014.